Sin contacto entre mis hijos. Mi separación.

Nos pasamos por aquí para contaros un caso real que nos llega a consulta en primer lugar y posteriormente es derivado a los compañeros de jurídico.

La situación familiar.

Persona que nos llega a consulta con 2 hijos de una relación actual con quien contrajo matrimonio y un hijo mayor de una relación pasada. Cuenta con la custodia compartida de este hijo mayor.

Refiere que su actual pareja mantenía una estupenda relación con este hijo pero que desde la separación ha decidido no tener ninguna relación con él.

En diferentes ocasiones parece que la pareja ha intentado hablar, pero siempre han enfocado la comunicación a la ruptura de su relación, pero no en las necesidades de los tres pequeños quienes no se ven desde la salida de unos de los miembros de la pareja del domicilio familiar.

Esta persona refiere acudir a consulta para intentar obtener herramientas para mejorar la relación con sus dos exparejas con el objetivo de que sus hijos puedan tener una relación de hermanos saludable.

La gestión en consulta.

En este caso, en primer lugar, deberíamos hacer visible la importancia de una comunicación basada en las necesidades de cuidado físico y emocional de los pequeños.

Nos parece importante trabajar con la persona o personas que acuden a consulta el nuevo sistema familiar: siguen siendo una familia, para los pequeños, aunque los adultos rompan sus relaciones amorosas, siguen siendo siempre su familia. Que el sistema familiar que conocíamos haya cambiado no quiere decir que no exista y, por tanto, sería bueno acompañar a transitar el nuevo sistema familiar y las emociones que produce a sus miembros.

Para nosotros hay dos vías de trabajo paralelas: la emocional y la comunicativa.

Creemos indispensables poder trabajar en consulta algo más operativo, más conductual como es la comunicación para que puedan obtener resultados lo antes posible, por el bien de los menores, pero, a su vez, nos parece básico trabajar las emociones que aparecen ante el nuevo reto que se plantea…

Ayudar a escuchar las necesidades de los más pequeños y acompasar sus miedos e incertidumbres (incluido trabajar nuestras emociones, pensamientos y conducta para que observen seguridad en nuestros comportamiento verbal y no verbal) será básico para conseguir un buen ambiente familiar, facilitar al otro padre/madre la situación y que los más pequeños se acomoden con tranquilidad.

Tras esto manejar la importancia de seguir un contacto continuado entre los hermanos para que la relación se vea mínimamente afectada y trabajar las emociones desadaptativas que pudieran presentar los pequeños (en nuestro caso se trabajó con otros profesionales, de forma interdisciplinar ya que los pequeños presentaban emociones de culpa y miedo y una sensación de abandono).

No son situaciones fáciles, por lo que recomendamos el trabajo de varios profesionales para su manejo y la implicación y compromiso de los/las padres/madres. También os recomendamos que no escatiméis en tiempos…ir rápido no os otorgará mejores resultados: los niños necesitan sus tiempos.

Compartir
¿Hablamos?